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Suelo para el cultivo de cannabis

El cáñamo tiene las raíces largas y ramificadas, absorben el agua y los elementos nutritivos del suelo para que la planta crezca y se desarrolle bien sin la restricción de las raíces; el buen volumen del tiesto para las raíces tiene de 8 hasta 15 litros.

El cannabis tiene raíces largas y ramificadas, absorben el agua y los elementos nutritivos del suelo para que la planta crezca y se desarrolle bien sin la restricción de las raíces; el buen volumen de la maceta para las raíces tiene de 8 hasta 15 litros. Los factores principales en la elección del suelo para el cultivo de cannabis:

  1. La acidez del suelo (pH);
  2. Las sustancias nutritivas en el suelo;
  3. La estructura del suelo.

La acidez del suelo (pH)

pH es un índice hidrógeno. La escala de pH varía de 1 hasta 14. El índice 7 es neutral; 1 – el índice extremo de la acidez; 14 – el índice extremo de la alcalinidad. El cannabis se cultiva en el suelo neutral – pH=6-7. La acidez del suelo debe ser indicada en el paquete con el suelo. Compruebe regularmente la acidez del suelo cerca de sus plantas. El aumento o la reducción de este índice causa los problemas – la planta deja de asimilar las sustancias nutritivas. El medidor de pH se vende en las tiendas para los horticultores, el modelo sencillo vale ~10e.

Las sustancias nutritivas

En el suelo deben encontrarse tres sustancias nutritivas principales (el índice NPK):   N – Nitrógeno P – Fósforo K – Potasio. A menudo las sustancias nutritivas se venden en forma de la solución en la botella. En el suelo que se vende las sustancias nutritivas ya se encuentran, en el envase además de pH indican el porcentaje NPK, por ejemplo, 20:20:20. Esto significa 20% del nitrógeno, 20% del fósforo, 20% del potasio. 40% – otras sustancias. En los abonos líquidos es el agua.  Para el crecimiento vegetativo las plantas necesitan el alto nivel del nitrógeno y los niveles normales del fósforo y del potasio. Durante la selección del suelo tenga en cuenta la presencia de todos tres componentes. Tales proporciones como 12-12-12, 20-20-20, 12-6-6, 18-4-5 perfectamente convienen para sus plantas, pero 8-20-20 – no, ya que el contenido del nitrógeno es demasiado bajo. El alto contenido del fósforo es necesario durante la floración. No hay necesidad de trasplantar la planta antes de la floración en el suelo con el gran contenido del fósforo, es suficiente fertilizar el suelo por el abono con el alto contenido del fósforo.

La estructura del suelo

Busque el suelo que saca bien la humedad, esto debe estar escrito en el envase. El suelo húmedo y denso puede dañar a las raíces de la planta ya que necesitan el aire para la respiración. Los suelos demasiado secos van a desecarse demasiado rápidamente, por eso hay que realizar el riego más frecuentemente para que la planta no se seque, y esto llevará al agotamiento rápido de los elementos nutritivos en el suelo. No hay que regar el suelo a menudo formando «un pantano», la planta debe absorber a tiempo toda el agua del suelo, y en los períodos del desecamiento el aire debe penetrar entre las partículas del suelo para que las raíces respiren. No compre el suelo denso y pesado o al contrario demasiado suave y aéreo. El suelo debe tener el peso y la blandura medios.

Los tipos del suelos

¡No use el suelo de la calle e incluso del bosque! El suelo en la ciudad contiene la tabla periódica de elementos completa, ha absorbido todos los desechos nocivos de los coches etc. El suelo del bosque no sirve ya que contiene las larvas de los insectos y de los parásitos. Compre los suelos preparados en las tiendas de flores y de jardinería.  Hay muchos suelos diferentes, se puede cultivar las plantas en la mayoría de ellos, pero en caso de algunos suelos pueden surgir las complicaciones. Para el mejoramiento de las propiedades y de la estructura del suelo se puede añadir vermiculita, arena, carbón vegetal, perlita, grava, aserrín y otros ingredientes. En la mayoría de los suelos vendidos a menudo se encuentran arena, vermiculita y humus.

La arena y el limo

El suelo arenoso puede ser la arena pura o la arena mezclada con otro tipo del suelo. El problema del suelo arenoso consiste en lo que este suelo hace agua muy rápidamente y junto con ella también se lavan rápidamente las sustancias minerales. Este suelo muy seco no nos conviene. El limo arcilloso y oscuro retiene bien las sustancias minerales pero no el agua. La arena y el limo añaden en el suelo para el mejoramiento del drenaje, no más de 10–20% del volumen total.

La arcilla

La estructura elástica, viscosa, de grano grueso que consiste de los hidratos de los silicatos de aluminio, se hace muy blanda y flexible si añadir el agua. Las raíces de las plantas no se sienten bien en los suelos arcillosos puros, ya que estos suelos se ventilan mal. Se puede añadir la arcilla en otros suelos, pero no más de 5–10% del volumen total.

El humus

El componente orgánico del suelo formado por la descomposición del material vegetal. Se vende en cualquiera florería. La mayoría de estos productos se venden limpios, pero no se sorprenda, si al abrir el paquete Usted encuentre el gusano o la mosca adentro. A veces el humus es conocido como el compost, pero el compost es la mezcla definitiva del estiércol (que tiene origen orgánico), del suelo fértil y de otros aditivos orgánicos. El humus es este aditivo orgánico adicional.

El contenido de las sustancias nutritivas en los suelos

Las reservas de las sustancias nutritivas en los suelos superan muchas veces las necesidades de las plantas, pero la mayor parte de estas sustancias son los compuestos inaccesibles para las plantas. El contenido general de las sustancias nutritivas en la capa fértil de los distintos suelos es desigual.

El contenido del nitrógeno (N) se oscila entre 0,07% y 0,5%. En general el nitrógeno del suelo se encuentra en la forma orgánica inaccesible para las plantas. En la parte del nitrógeno mineral cae solamente 1–2% de su total. Bajo la influencia de los procesos (bacterias) microbiológicos las formas orgánicas del nitrógeno se convierten en las formas minerales, accesibles para las plantas.  El contenido del fósforo (Р2О5) en muchos suelos se oscila entre 0,03% y 0,25%. Una mitad se encuentra en la forma mineral, y la otra mitad – en forma de los compuestos orgánicos. En los suelos con turba en el fósforo en la forma orgánica cae hasta 70%. Alguna cantidad del fósforo se contiene en el estado absorbido por los coloides de suelo. La parte considerable de las formas minerales del fósforo en los suelos ácidos del tipo podzol y en las tierras rojas se encuentra en los fosfatos del hierro y del aluminio poco accesibles para las plantas. En los suelos neutrales, por ejemplo en las tierras negras, el fósforo mineral está presentado por los fosfatos del calcio y del magnesio más accesibles para las plantas.

El potasio (К2О) toca como parte en el suelo 0,6–3% de su masa. Mayor cantidad del potasio se encuentra en los suelos arcillosos. En los suelos de la composición mecánica ligera (arenosos) se encuentra en cantidad considerablemente menor. La cantidad del potasio de cambio en la capa fértil: la menor en los suelos del tipo podzol, la media – en las tierras negras, la mayor – en las tierras grises. A diferencia del nitrógeno y del fósforo, el potasio no forma en las plantas los complejos orgánicos sólidos. Por eso su cantidad en la sustancia orgánica del suelo es insignificante.

El contenido del calcio (СаO) en los suelos se oscila entre 0,2% y 2% y más de su masa. El calcio está presentado por silicatos, carbonatos, yeso, fosfatos y otros compuestos. La parte del calcio se encuentra en el estado absorbido. Las tierras negras son más ricas en calcio de cambio. Su cantidad menor se encuentra en los suelos del tipo podzol que está relacionado con su acidez. Por la encaladura no sólo se desplaza la reacción del suelo, sino también se mejora la alimentación de las plantas.

El contenido del magnesio (MgO) se oscila entre 0,4% y 4% y más de la masa del suelo y depende de la composición de la raza maternal. En los suelos que se han formado sobre las arcillas y las tierras arcillosas, la cantidad del magnesio es más grande que en los suelos que han surgido sobre las arenas.

Cerca de 90-95% del magnesio en el suelo forma parte de los distintos minerales, principalmente los silicatos y los silicatos de aluminio, que se disuelven con dificultades en el agua, por eso el magnesio no puede ser directamente usado por las plantas. Cerca de 5-10 % del magnesio se encuentra en el estado absorbido (de cambio).

El magnesio de cambio tanto como el potasio de cambio juega el papel esencial en la alimentación de las plantas, completando la cantidad del magnesio en la solución del suelo con su consumo por la plantas. La pequeña parte del magnesio en el suelo se encuentra en forma de las sustancias orgánicas; después de su descomposición el magnesio se hace accesible para las plantas. Los suelos castaños, las tierras negras y grises son los más ricos en magnesio. Menor contenido del magnesio se observa en algunos suelos arenosos y los suelos con turba.

El contenido del azufre (SO3) se oscila entre 0,1% y 0,5% de la masa del suelo. El azufre en el suelo esta representado por los compuestos orgánicos (80–90%), donde se encuentra en la forma recuperada, y por los compuestos minerales con calcio, hierro, potasio, sodio (10–20) que son la fuente de una alimentación de las plantas. El proceso de la oxidación del azufre que forma parte del humus y de los restos orgánicos, pasa bajo la influencia de las bacterias aerobias. En la mayoría de los suelos la cantidad del azufre es suficiente para las plantas, sin embargo en los suelos del tipo podzol arenosos y con el pequeño contenido de humus se nota su falta, por eso los abonos de sulfato son más eficaces aquí que los abonos de cloruro. El azufre en el suelo también se aporta con los abonos orgánicos con el superfosfato simple.

El contenido de hierro (Fe2O3) en los suelos se oscila entre 1% y 11 %. En los suelos ligeros por su composición mecánica se encuentra en menos cantidad que en los suelos pesados. El hierro en el suelo se encuentra en la forma de los silicatos de ferroaluminios, del óxido de hierro y sus hidratos. La falta del hierro para las plantas más frecuentemente se manifiesta en los suelos carbonatados o en los suelos con mucha encaladura donde se encuentra en el estado poco accesible.

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